La piedra en el zapato,
azote de huleras y culebros.,
De la memoria nacional.
Por Manuel Ábrego.
Dicen que los pueblos no tienen memoria,
pero también se dice que quien embarazó olvida, pero la embarazada no.
Aún ha
de haber regados muchos deudos de estudiantes muertos el dos de octubre
de mil novecientos sesenta y ocho, así como del diez de junio de mil
novecientos setenta y uno en el Casco de
Santo Tomás.
A las nuevas generaciones nada les ha de
decir lo mencionado, como nada les dicen las devaluaciones que hemos sufrido,
la última el día de hoy, en que el dólar está a diecisiete pesos, gracias al
PRI Gobierno.
Si la moneda estuviera en la misma situación
que antes, el dólar valiera diecisiete mil pesos, y el peso valiera lo que se
le unta al queso para que sepa. Pero no hay memoria ya no nacional, sino local,
en Tres Valles, y se sigue votando por el PRI.
Hoy rendimos homenaje a los fallecidos el
diez de junio del setenta y uno, día del halconazo, en que los halcones eran
algo distinto de lo de hoy, y por supuesto, nada tenían que ver con la
historieta “El Halcón Negro”. En ese entonces, se llamó halcones a elementos
golpeadores del PRI Gobierno.
Mucho se ha caminado desde entonces, y
parte del camino se ha hecho sobre cadáveres, los más recientes los de
Ayotzinapa. Pero un cadáver muy importante es el del peso mexicano. Y si no lo
cree, al tiempo.
¡En la torre!, dijo el buitre y siguió
bailando, pero al ritmo de: “Hay muertos que no hacen ruido, / y es más grande
su significado”.
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