La piedra en el zapato, azote de huleras y culebros.
De los que se ven.
Por Manuel Ábrego.
Ya se ven gentes en
Tres Valles, que de por sí se ve gente en este lugar, mas nos referimos a aquellos que desaparecen y
aparecen, y no son fantasmas ni vampiritos.
El maestrísimo
Mario Martínez Nava llega más de seguido al parque, y se reúne con personajes
de toda nuestra estimación, simpatizantes del Partido Revolucionario Institucional, o de plano,
priístas de hueso colorado.
El maestro Juan
Manuel Maus, alterna con regularidad pasmosa con los católicos que encuentra en
la capillita anexa al Templo de Cristo Rey cuando van a orar.
Lidersotes,
líderes, lidercillos y simples observadores rondan por el parque y platican con
el que los quiere oír sobre la gubernatura de dos años, la lucha por la
presidencia municipal en Tres Valles, y eso que todavía no va ni por la mitad
de su gestión el Hombre de Los Naranjos.
De por sí cuando
la campaña a diputado federal del descendiente de sirio libaneses, no faltaron
suspirantes que quisieron comprometer políticamente al nacido en el Distrito
Federal, caminando en sus recorridos, alabando cada ocurrencia suya y por
lógica, casi por obligación, saliendo en la fotografía.
Cual más afirmaba
representar a un mínimo de cien gentes, cuando a los tiros algunos como ciertas
señoras representan a los de casa y nada más. Si así fuera, ya que no se hagan
elecciones, que se junten los representativos y ya, a gobernar el nuevo.
No falta quién
diga que en lugar de presidencia será reinado. Ni que estuviéramos en
Inglaterra, Dinamarca o de perdida en Los Reyes, estado de México. ¡En la
torre!, dijo el buitre y siguió bailando, pero al ritmo de: “Igual que los
Reyes, en Galilea”.
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