La piedra en el zapato, azote de huleras y culebros.
De la continuidad.
Por Manuel Ábrego.
Mentira que no haya
continuidad entre los regímenes municipales, sean del PRD, PAN o PRI. La hay.
Si usted lo duda,
vaya un día a la sede de los poderes municipales y se dará cuenta. Aún entran
comidas, refrescos y demás comestibles y bebestibles al palacio, para que los
empleados municipales no se desmayen en su diario sacrificio por el Pueblo, como
si fuera la gestión de Córdova, Maus u otro.
Si hay necesidad
de desplazarse, sea para alguna diligencia o trámite en el exterior de palacio,
o a entregar un tentempié al hijo en alguna escuela, se hace. Incluso hay una
belleza que a las trece horas ya está en la calle para ir a la escuela a Ciudad
Alemán. Influencias.
Además, faltan
responsables directos que ante la pregunta popular digan: “Ése soy yo” en las
áreas de Ornato y Participación Ciudadana, para que respondan ante la inquietud
del Pueblo por participar o reportar daños a los adornos municipales.
A la Policía
Municipal ya la pusieron a correr en las calles, aunque no todos estén en
condición y si bien calladamente, les mandan a perfeccionarse a Xalapa para que
cumplan con más eficiencia. Esperamos que sea contínuo y no como una llamarada
de petate.
Si no dejan de
entrenar, superarán a otras administraciones municipales que en dos o tres
meses ni del ejercicio se acordaban. Ya se ven funcionarios de Palacio dando
apoyos aunque no cumplan con sus funciones normales, como si quisieran ser
sucesores del alcalde actual.
¿Quién dice que no
hay continuidad? ¡En la torre!, dijo el buitre y siguió bailando, pero al ritmo
de: “Continuidad, hasta dónde nos vas a llevar”
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