La piedra en el zapato,
azote de huleras y culebros.
De los cargos a medias.
Por Manuel Ábrego.
Por una u otra causa, solamente de tres de
los presidentes municipales que ha tenido Tres Valles no se ha especulado si se
lanzarían para diputados locales: Don Pedro Aguilar Ibáñez, QEPD; Helen Beatriz
Fernández López y Valentín Peña Vela, también QEPD.
De los otros, ya sea por hacerles la barba o
como una opción para que se alejen del municipio, o sea quitárselos de encima,
a mitad de su gestión no falta quien los señale como sacrificados para operar en
la Legislatura local.
Claro, también ha habido los que le buscan,
incluso un regidor que fue Andrés Santiago Muñoz, pero más se ha dicho de los
alcaldes. Y así como se hizo una ley para que cada presidente municipal
saliente se lleve a sus elementos sin que haya demandas laborales, hace falta
otra casi igual.
El tema de la susodicha debería ser que
tanto diputados como ediles terminaran sus periodos sin buscar la otra forma de
ganar dinero fácil, ya que su planteamiento para llegar a su cargo no incluía
renunciar a medio camino, sino terminar el proyecto que presentaron al Pueblo
para ganar.
Porque imagínese lo que dejarían los medios
caminos, dos años de alcalde, dos de diputado local, dos de regidor, dos de
diputado federal, sería una cadena de ocho años mínimo ganando dinero fácil,
aparte de no darle oportunidad a otros.
En cambio, con la ley que proponemos habría para
los vividores un lapso entre la alcaldía y la diputación, o entre la diputación
local y la federal, y dicho intervalo serviría para ver quién es quién, si de
verdad persigue el bienestar de la población y si representa a alguna gente, o
si es un farsante.
Y solamente se requiere una condición, que
nos organicemos los mexicanos. ¡Ay, ya empezamos con problemas! ¡En la torre!,
dijo el buitre y siguió bailando, pero al ritmo de: “Salta, salta, salta,
pequeño farsante, / para que tu ganancia siga adelante”
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