La piedra en el zapato,
azote de huleras y culebros.
De la institución
presidencial, y su equipo.
Por Manuel Ábrego.
Allá cuando amarraban a los perros con
longaniza y les tiraban tamales en lugar de piedras, al menos a la institución
presidencial se le perdonaban muchos detalles.
Nadie acusó a Don Adolfo López Mateos de la
muerte a balazos del líder Rubén Jaramillo, de su esposa embarazada y de otros
mortales. Al mismo Gustavo Díaz Ordaz, a pesar de lo evidente de la matanza de
Tlaltelolco, se le siguió viendo como un presidente de energía para hacerle la
barba.
Hoy, a Enrique Peña Nieto se le ve peor que
a Victoriano Huerta, y la manifestación que dio de energía en Oaxaca se ve como
una respuesta tardía. Es más, no falta quien relacione la labor electorera de
Fidel Herrera Beltrán con la intervención federal en la tierra de Don Porfirio
Díaz.
No faltan quienes digan que en este Tres
Valles ya estábamos cerca de los alborotos que hubieran llegado al resto de la
entidad, pues estamos a veinticinco kilómetros de territorio oaxaqueño, y
sobran maestros de Tres Valles que dan clase en Oaxaca. Y pertenecen a un sindicato
de allá.
Pero volviendo al tema del equipo del
Primer Mandatario, y a él mismo, es de inquietar la convocatoria de Rafael
Loret De Mola a un paro nacional, para darle a EPN la Orden de la Bota, como
dijera el inmortal Sir Winston Churchill cuando los ingleses lo removieron de
la Real Ubre Monárquica.
Desde que el buen general y dictador
Victoriano Huerta gobernara con puño de hierro a la Nación, pocos presidentes
han sido tan atacados con algo de razón como el buen Peña Nieto. Que si porque
el dólar está cada día más caro, que si porque su sobrina es coordinadora en
PEMEX y no tiene méritos.
Motivos sobran, pero el peor es que el
señor EPN o algún segundón de su equipo se sientan en las bayonetas para
agraviar al Pueblo. Como están las cosas, al Primer Mandatario le van a apodar
“El cigarro”, porque cada día le encuentran más inconvenientes.
Aquí es donde se quiere ver a los
priístas defendiendo a su más grande partidario, su mejor institución. No nada
más bailando en el parque de Tres Valles o portando sombrillas, gorras, bolsas
y demás artículos que recuerdan al tricolor y que indujeron a votar por él.
Tenemos a Antonio Alvizo Torralba,
dirigente del sindicato papelero, a doña Lucía Romero Galván, del Grupo Fuerza
y Voluntad Ciudadana, a los contratistas del ayuntamiento, a los ediles
priístas de nuestra comuna, a David Carballo Cano, de azucareros, a los líderes
cañeros CNC y CNPR.
Siguiendo a Tarek Abdalá estaban Miguel
Tronco, Laura Gómez, Vicente Reyes Bravo, y están Marcos Molina, los Herrera
Peña, todos los Cano, los Fernández, Carlos Ortiz, en fin, sobran tricolores en
Tres Valles que deberían sacar la cara por Enrique Peña Nieto, empezando por
Abdalá.
Porque si lo saca de la Presidencia de la
República la unión del Pueblo, el PRI va a quedar muy mal parado, y volver a
votar por una incertidumbre del tricolor no hablaría muy bien del electorado
mexicano.
¡En la torre!, dijo el buitre y siguió
bailando, pero al ritmo de: “Si te veo
emigrar, no te digo que no”.
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