jueves, 23 de julio de 2015

La piedra en el zapato. De la institución presidencial y su equipo.



La piedra en el zapato, azote de huleras y culebros.
De la institución presidencial, y su equipo.
Por Manuel Ábrego.
   Allá cuando amarraban a los perros con longaniza y les tiraban tamales en lugar de piedras, al menos a la institución presidencial se le perdonaban muchos detalles.
    Nadie acusó a Don Adolfo López Mateos de la muerte a balazos del líder Rubén Jaramillo, de su esposa embarazada y de otros mortales. Al mismo Gustavo Díaz Ordaz, a pesar de lo evidente de la matanza de Tlaltelolco, se le siguió viendo como un presidente de energía para hacerle la barba.
    Hoy, a Enrique Peña Nieto se le ve peor que a Victoriano Huerta, y la manifestación que dio de energía en Oaxaca se ve como una respuesta tardía. Es más, no falta quien relacione la labor electorera de Fidel Herrera Beltrán con la intervención federal en la tierra de Don Porfirio Díaz.
     No faltan quienes digan que en este Tres Valles ya estábamos cerca de los alborotos que hubieran llegado al resto de la entidad, pues estamos a veinticinco kilómetros de territorio oaxaqueño, y sobran maestros de Tres Valles que dan clase en Oaxaca. Y pertenecen a un sindicato de allá.
     Pero volviendo al tema del equipo del Primer Mandatario, y a él mismo, es de inquietar la convocatoria de Rafael Loret De Mola a un paro nacional, para darle a EPN la Orden de la Bota, como dijera el inmortal Sir Winston Churchill cuando los ingleses lo removieron de la Real Ubre Monárquica.
      Desde que el buen general y dictador Victoriano Huerta gobernara con puño de hierro a la Nación, pocos presidentes han sido tan atacados con algo de razón como el buen Peña Nieto. Que si porque el dólar está cada día más caro, que si porque su sobrina es coordinadora en PEMEX y no tiene méritos.
      Motivos sobran, pero el peor es que el señor EPN o algún segundón de su equipo se sientan en las bayonetas para agraviar al Pueblo. Como están las cosas, al Primer Mandatario le van a apodar “El cigarro”, porque cada día le encuentran más inconvenientes.
      Aquí es donde se quiere ver a los priístas defendiendo a su más grande partidario, su mejor institución. No nada más bailando en el parque de Tres Valles o portando sombrillas, gorras, bolsas y demás artículos que recuerdan al tricolor y que indujeron a votar por él.
     Tenemos a Antonio Alvizo Torralba, dirigente del sindicato papelero, a doña Lucía Romero Galván, del Grupo Fuerza y Voluntad Ciudadana, a los contratistas del ayuntamiento, a los ediles priístas de nuestra comuna, a David Carballo Cano, de azucareros, a los líderes cañeros CNC y CNPR.
   Siguiendo a Tarek Abdalá estaban Miguel Tronco, Laura Gómez, Vicente Reyes Bravo, y están Marcos Molina, los Herrera Peña, todos los Cano, los Fernández, Carlos Ortiz, en fin, sobran tricolores en Tres Valles que deberían sacar la cara por Enrique Peña Nieto, empezando por Abdalá.
     Porque si lo saca de la Presidencia de la República la unión del Pueblo, el PRI va a quedar muy mal parado, y volver a votar por una incertidumbre del tricolor no hablaría muy bien del electorado mexicano.
    ¡En la torre!, dijo el buitre y siguió bailando, pero al ritmo de: “Si  te veo emigrar, no te digo que no”.

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