La piedra en el zapato,
azote de huleras y culebros.
De la enésima devaluación.
Por Manuel Ábrego.
No es novedad, el gobierno federal sigue
perdiendo la lucha contra los gringos, los que sacan sus capitales, los que nos
quieren ver mordiendo el polvo y demás mortales perniciosos.
Ya vamos por la enésima devaluación con el
dólar casi en los diecisiete pesos, con el fantasma de los aumentos a todo lo
que nos permite vivir, un regreso a una época que creíamos superada(¿) y cuyo
último exagerado exponente había sido Carlos Salinas De Gortari.
Como ha sucedido, perdamos la esperanza de
que bajen las cosas, ni siquiera los huevos a pesar de que es época de calor.
Es difícil encontrar en nuestra Historia algo más golpeado que el peso
mexicano.
Ni siquiera las armas nacionales, que se
han cubierto de gloria, de polvo, y hasta de oprobio. Aquel peso que valía y
era moneda en las Filipinas, en China, en los mismos Estados Unidos, se
avergonzaría si viera a su actual descendiente en el lodo.
Y lo malo es que los clasemedieros y de la
baja, cubrimos el costo del ánade, o sea, pagamos el pato. De diputado para
arriba, dudo que sufran, y menos si se enteran a buen tiempo de la venida. De
la venida de una devaluación. Se previenen y listo.
Los binomios Vicente Fox y Ortiz Arano
que tuvieron a raya a la ambición gringa y a las devaluaciones no se dan cada
rato, ni modo. ¡En la torre!, dijo el buitre y siguió bailando, pero al ritmo
de: “Dime tú si quisieras pagar / por un dólar, cien pesos”.
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