martes, 7 de abril de 2015

Tarek no es de Tres Valles, tampoco creció en la cuenca

La piedra en el zapato, azote de huleras y culebros.

Por Manuel Ábrego.

El cartón de Ábrego
En este nuestro Tres Valles, recuerdo haber visto miles de veces a la estimadísima dama doña "Raquel Peña de Herrera", a quien mi difunta esposa estimó mucho.

    En condiciones de juventud o de principio de madurez, recuerdo de años atrás a Manolo Sánchez; al muy recordado Beto Sánchez, a su mamá doña Esther, ambos QEPD.  Cada rato saludamos a Fito Sánchez, papá de un médico de oro, Fito también.

     Entre los foráneos que tuvieron fe en Tres Valles, están don Artemio Reyes, iniciador de una cadena de supermercados que da trabajo a los tresvallenses.

 A la hoy extinta Victoria Herrera Lozada, fundadora de un negocio de masa y tortillas, además de productora agrícola.   

 Si usted no lo sabe, ayudó a sobrevivir a los primeros gobiernos de Tres Valles, prestando dinero para que pagaran en lo que llegaba la feria del estado. 

El doctor Raúl Manzano Cabrera, altruista, galeno de oro también, al también médico José Manuel Díaz González, de Catemaco.

     Rodolfo Márquez Acosta, aunque se ausentó buscando el progreso, inició operaciones en Tres Valles, nativo de Loma Bonita, Oax. 

De los jóvenes, me tocó ver al tresvallense Jorge Sánchez Nava, hoy doctor de gran valía, cuando era un chamaco.

     Muchos se fueron de nuestro municipio, porque Tres Valles les quedaba chico o porque no había oportunidades.

 Algo tienen en común y es muy positivo: nunca han venido a pedir una constancia de residencia, ni han sido tuneros que vienen a ver a este lugar cuando tiene tunas.

    A buena parte de ellos los conocí chamacos. 

En cambio nunca recordé, por más que me exprimí los recuerdos y me rasqué la cabeza varias veces, a Tarek Abdalá Saad, ahora candidato del Revolucionario Institucional a la diputación federal.


     ¡En la torre!, dijo el buitre y siguió bailando, pero al ritmo de: “Enséñame, enséñame a renacer, / como renaces tú”.

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