miércoles, 29 de abril de 2015

De la amnesia despensiva.

La piedra en el zapato, azote de huleras y culebros.


Por Manuel Ábrego.

El cartón de Ábrego
   En Tres Valles aparte de la amnesia selectiva, que se puede aplicar a quienes les debemos una feria, existe la amnesia despensiva, que se aplica en las elecciones de lo que sea, y consiste en olvidar a cambio de una despensa.
     Si tenemos devaluaciones de los gobiernos priístas desde septiembre del setenta y seis con Luis Echeverría, los que son de mi pelea y las sufrieron, las olvidan con una despensa cada que haya comicios. De los más jóvenes ni se diga, si olvidan la lección de ayer, con más razón la devaluación de antier.
    Claro, la amnesia despensiva viene acompañada con los recuerdos que diga el Revolucionario Institucional. Si de ayer a hoy nos dicen que tal candidato es nuestro vecino desde niño, aunque no lo conozcamos ni de vista habremos de decir que así es, bajo pena de comprar nuestra comida.
      Y si nos dicen como sucede en el caso de Tarek Abdalá Saad, que siempre ha vivido en Tres Valles, aunque nunca haya votado aquí en ninguna elección, lo recordaremos a cambio de avena, aceite, café en polvo, galletas, papel para limpiar el cutis y demás etcéteras.
   Lo anterior, para comer dos días aunque el resto del año tengamos que comer a la carta. El miembro de la familia que saque la carta más alta de la baraja, come, los demás lo miran.
    Según las ubicaciones de los domicilios probables del descendiente de extranjeros, debió haber votado en las casillas 4619 ó 4615, pero en viejas listas de electores donde un servidor fue el número uno, no aparece, pues por orden alfabético debió estar antes que yo.

     Al Pueblo de Tres Valles éso no le importa y lo olvida por una despensa. Es como dijo un viejo priísta, la dignidad no da de comer. ¡En la torre!, dijo el buitre y siguió bailando, pero al ritmo de: “Levantaos hambrientos de Tres Valles, / arriba jarochos sin pan”.

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