De las circunstancias.

La piedra en el zapato, azote de huleras y culebros. 

Por Manuel Ábrego.

El cartón de Ábrego

   Mis respetos para la maestra Margarita Juárez Cerrillo, candidata a la diputación federal por el Partido de la Revolución democrática.

   Al menos en Tres Valles, ser la abanderada de un cadáver político insepulto es para admirarse. Y si agregamos que trabaja con su propio equipo, pues la admiramos más, ya que al menos en este distrito están algunos de sus dirigentes a la greña, y no hay dinero.

   Ya la austeridad permeaba la campaña del sol azteca cuando el buen amigo  Rodolfo Alvarado se lanzó como el primer candidato salido de Tres Valles en cualquier partido a la diputación federal.

     Hoy, que la gran mayoría de perredistas se fueron a MORENA, si bien le pueden hacer mal obra a los otros partidos entre ambas organizaciones, el PRD no las trae todas consigo, y entre los pocos que creen en el Partido, están su dirigente local Jaime Lara Sánchez, y la gran María Esther Espinosa.

   Sus bastiones en esta ciudad son el Barrio de La Cruz y la colonia Veinte de Noviembre, algunos ejidos en el exterior y ya. En cambio el Revolucionario Institucional tiene el privilegio de hacer lo que le dé la gana, y hay dinero.

    Por ejemplo, el pasado lunes trece su dirigente Enrique Fernández se la pasó toda la mañana en las oficinas tricolores, a pesar de ser el director de Alumbrado municipal, o sea que recibe un sueldo del Pueblo. Pero estuvo en su sede en horas hábiles, imagino que en asuntos partidarios.

   Entre los muchos testigos que lo vieron, estuvo el maestro Montano Lozano, jerarca de Acción Nacional en Tres Valles. Ni hablar, quizá lo haga porque a nuestro alcalde Marcos Cano Ramos le gusta rodearse de gente como el dirigente del PRI local, y todo les pasa.

     En cambio, hemos sido testigos de que empleados municipales de otros partidos, se ocultan cuando vienen sus candidatos, hasta en domingo que es su tiempo libre, no vaya a ser que los señalen que andaban en los mítines.

     Podría ser que se encuentren el siguiente lunes con la novedad de que el Ayuntamiento anda investigando qué hará sin ellos. Y en estos días de la crisis que le debemos a la dictadura priísta, andar sin trabajo equivale a un recordatorio familiar a Su Santidad Francisco Primero en el Vaticano.

     La condenación. ¡En la torre!, dijo el buitre y siguió bailando, pero al ritmo de: “Para que me recuerdes, / hice esta nota / cuando estoy lejos”.