domingo, 24 de mayo de 2015

La piedra en el zapato, azote de huleras y culebros.
De las respuestas.
Por Manuel Ábrego.
     Dicen que no hay preguntas indiscretas, sino respuestas indiscretas. Aunque de las respuestas puede depender algo, como cuando entrevistamos al Gigante del Distrito, o de la Cuenca, o de algún lugar. Por cierto, gracias a todos los que leyeron la entrevista.
     Ahí tratamos de que se ventilaran grandes temas que se ventilan en una Legislatura, y que afectan en mayor grado a los mexicanos en su bolsillo: entre ellos, la devaluación, y la incondicionalidad que han mostrado a lo largo de los años los diputados priístas cuando el Primer Mandatario es del PRI.
      Las respuestas no definieron nada. Lo sentimos de verdad, prometemos entrevistar sobre los mismos detalles a otros candidatos, a ver si aclaran algo, y nos dicen si nuestro bolsillo está en peligro, o si viene una Edad Dorada para los mexicanos.
   Siempre hemos sostenido que un buen gobierno es el que procura que sus ciudadanos coman, y no les saca la comida de su bolsillo. O sea que en orden de prioridades, primero es saber que no subirán de precio los alimentos. Si un servidor fuera candidato, prometería éso.
    Después, aunque no en ese orden, si se ampliará el aeropuerto de  México, si reanudaremos relaciones con algún país con el que ni hablamos, si habrá créditos para los empresarios, si rebautizamos al Instituto Nacional Electoral y tantos detalles más que enriquecen la vida nacional.

    Y desde luego, que le dan trabajo a los diputados federales, no faltaba más. ¡En la torre!, dijo el buitre y siguió bailando, pero al ritmo de: “¡Oh confusión, castigo es!”.

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