La piedra en el zapato, azote de huleras y culebros.
Por Manuel Ábrego.![]() |
El cartón de Ábrego |
Se sabe que la próxima elección a diputado federal será indicador para las contiendas a gobernador, diputados locales y presidentes municipales.
Como los diputados no arrastran tanta gente a su servicio, y la alcaldía sí, ya hay proyecciones personales de mortales ambiciosos.
El dirigente local del Revolucionario Institucional Enrique Fernández aparece en una manta destinada a promover al chilangazo Tarek Abdalá Saad.
Nadie toma en cuenta al más viable para ocupar una precandidatura por cualquier partido, si bien aparentemente se inclina por el PRI: don Valentín Reyes López.
Candidato en tres contiendas por distintos institutos políticos, perdedor en dos de ellas, no las ha tenido todas consigo. En su reciente apoyo moral a los aspirantes a dirigir los destinos de cinco congregaciones municipales, sólo uno cuajó, Joel Aguilar de Novara.
Los otros cuatro cayeron peor que el peso mexicano en manos de un gobierno priísta, especialmente Gil Camacho Ronquillo, de Los Naranjos, de quien sus mismos paisanos decían que … perdón, pero es impublicable.
Ahí ganó Rolando Vargas Serrato, gallo del actual munícipe Marcos Cano Ramos. Pero don Valentín sigue en el ánimo de sus partidarios, volubles, familiares, plurales, interesados, pero partidarios. Aún si se lanzara como candidato independiente la podría hacer.
Siempre desde luego, que no concurrieran circunstancias como cuando se lanzó por el entonces Partido Convergencia. De su administración quedan algunas consecuencias positivas, como la reducción de la glorieta del tanque de agua, que agilizó la circulación, y el semáforo solitario.
Hay más, pero si las reseñamos totalmente no da el espacio. Ahí están las lápidas con las cuales se autoglorificó y dejó memoria. Hay más: las personas que no la llevan con él y sus hoy ex funcionarios. Sus tesoreros Miguel Ángel Ocampo Márquez y Juan Valenzuela Herrera, entre otros.
Puede comprar un partido, el que sea, como ocurrió con el PT y el hoy extinto Revolucionario Veracruzano, lo que le da ventaja sobre otros mortales igual que él de carismáticos, pero de menos billetes, tricolores la mayoría. De hecho, es la única cara que tiene el PRI a la fecha.
Él y su hermano Guillermo, abogado de primera, son quienes tienen más comunicación con el Pueblo. De sus allegados que colaboran con el ayuntamiento, mejor poner una cortina de piadoso silencio. Y son algunos, como lo son los allegados al presidente municipal.
Todos pesan, pero para las arcas municipales. Otra de sus ventajas es su carácter conciliador, con nadie se pelea para siempre. No lo hizo con el PRI, con el que volvió a relacionarse cuando apareció el descendiente de libaneses a promoverse en conocido hotel restaurante de la carretera.
No creo que lo haga con sus ex directores, ex regidores, y demás ex. Y si no, al tiempo. ¡En la torre!, dijo el buitre y siguió bailando, pero al ritmo de: “Olvidemos nuestro enfado y hagamos promoción. / Porque si no es promoviendo, cómo gano una elección”.
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