La piedra en el zapato,
azote de huleras y culebros.
Por Manuel Ábrego.
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El cartón de Ábrego: Los olvidados |
Está de regreso en Tres Valles Don Artemio
Reyes López, luego de una intervención quirúrgica en el Puerto de Veracruz.
Enhorabuena. Para muchos es un comerciante y ya. Para los que tenemos el gusto
de tratarlo, representa la parte anónima del proceso que nos dio un Tres Valles
emancipado.
Va de historia. A la fecha, viven aún
cuatro integrantes del último Comité Pro Liberación de Tres Valles. En la
pasada administración municipal, su alcalde Carlos Córdova mandó hacer una
placa con los nombres de los antes dichos, que no fueron los primeros.
Asombraos, desde mil novecientos cincuenta
y tres, hubo mortales que buscaron independizarnos de Cosamaloapan. Y al menos
hubo dos Comités, uno conformado el diecinueve de septiembre de mil novecientos
setenta y dos, otro hecho el quince de diciembre de mil novecientos ochenta y
dos.
Claro, para movilizarse hacía falta dinero
y un carrito. Acudieron con Don Artemio, y les facilitó ambas cosas. No una
vez, muchas, pero nunca quiso aparecer en la foto.
Por estas tierras de Dios andan todavía
Efrén Barragán Miguel, Adolfo Sánchez López, la maestra Isabel Marquina
Salomón, fuera del municipio por un asunto legal anda Sergio Arroyo Barcelata,
y otros más que no porque se nos olviden no tienen el mérito.
Gracias a esa lucha, se han sentado a
gobernar Tres Valles nueve alcaldes, y tres integrantes de un concejo. Estos
últimos además de cuatro presidentes municipales han sido del PRI; uno del PT;
dos de la coalición Convergencia – PT – PRD; uno del PAN y una del extinto PPS,
que luego volvió al redil tricolor.
Entre síndicos y regidores sobrepasan los
cuarenta y cinco, de todos los colores y con todos los comportamientos. Han
tenido poder tres o cuatro años, uno y medio en algunos casos, y algunos
tresvallenses o avecindados seguimos esperando un buen gobierno, otros dicen
que ya lo tuvimos.
No vamos a pelear por éso. Seguiremos
esperando. Unos supieron llevar su cargo con carisma, otros fueron lacayos de
presidente en turno, algunos hubo humildes, otros se pasaron. Y de este asunto
quiero tratar también.
Se fueron al agua
No es que me importe, pero el pasado jueves
veintiséis el regidor Juan Urtiaga Calleja estaba degustando los finos
productos de la cervecera que está en Tuxtepec, en una tienda de Emiliano
Zapata cerca de la vía. Repito, no es que me importe.
El asunto es que estaba con unos
compañeros que a esa hora estaban en su rato libre, por lo que podían hacer lo
que les diera la gana, mientras no perjudicaran a mortal alguno. Uno de los
compañeros era un subordinado suyo, el chofer de la ambulancia que estaba
asignada al Centro de Salud.
Y la susodicha ambulancia, estaba a un
lado, frente a los etilizados, hecho que vieron numerosos testigos. No digo
más, porque estoy seguro que al buen Marcos Cano Ramos, nuestro munícipe, le
gusta rodearse de personas como ellos, buenos elementos, y se vaya a enojar con
el subscrito y hasta quiera desaforarlo.
¡En la torre!, dijo el buitre y siguió
bailando, pero al ritmo de: “No voy al tambo, porque soy la autoridad”.
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