sábado, 28 de marzo de 2015

Los olvidados

La piedra en el zapato, azote de huleras y culebros.

Por Manuel Ábrego.

El cartón de Ábrego: Los olvidados
   Está de regreso en Tres Valles Don Artemio Reyes López, luego de una intervención quirúrgica en el Puerto de Veracruz. Enhorabuena. Para muchos es un comerciante y ya. Para los que tenemos el gusto de tratarlo, representa la parte anónima del proceso que nos dio un Tres Valles emancipado.

    Va de historia. A la fecha, viven aún cuatro integrantes del último Comité Pro Liberación de Tres Valles. En la pasada administración municipal, su alcalde Carlos Córdova mandó hacer una placa con los nombres de los antes dichos, que no fueron los primeros.

    Asombraos, desde mil novecientos cincuenta y tres, hubo mortales que buscaron independizarnos de Cosamaloapan. Y al menos hubo dos Comités, uno conformado el diecinueve de septiembre de mil novecientos setenta y dos, otro hecho el quince de diciembre de mil novecientos ochenta y dos.

    Claro, para movilizarse hacía falta dinero y un carrito. Acudieron con Don Artemio, y les facilitó ambas cosas. No una vez, muchas, pero nunca quiso aparecer en la foto.

     Por estas tierras de Dios andan todavía Efrén Barragán Miguel, Adolfo Sánchez López, la maestra Isabel Marquina Salomón, fuera del municipio por un asunto legal anda Sergio Arroyo Barcelata, y otros más que no porque se nos olviden no tienen el mérito.

     Gracias a esa lucha, se han sentado a gobernar Tres Valles nueve alcaldes, y tres integrantes de un concejo. Estos últimos además de cuatro presidentes municipales han sido del PRI; uno del PT; dos de la coalición Convergencia – PT – PRD; uno del PAN y una del extinto PPS, que luego volvió al redil tricolor.

      Entre síndicos y regidores sobrepasan los cuarenta y cinco, de todos los colores y con todos los comportamientos. Han tenido poder tres o cuatro años, uno y medio en algunos casos, y algunos tresvallenses o avecindados seguimos esperando un buen gobierno, otros dicen que ya lo tuvimos.

     No vamos a pelear por éso. Seguiremos esperando. Unos supieron llevar su cargo con carisma, otros fueron lacayos de presidente en turno, algunos hubo humildes, otros se pasaron. Y de este asunto quiero tratar también.

Se fueron al agua

    No es que me importe, pero el pasado jueves veintiséis el regidor Juan Urtiaga Calleja estaba degustando los finos productos de la cervecera que está en Tuxtepec, en una tienda de Emiliano Zapata cerca de la vía. Repito, no es que me importe.

     El asunto es que estaba con unos compañeros que a esa hora estaban en su rato libre, por lo que podían hacer lo que les diera la gana, mientras no perjudicaran a mortal alguno. Uno de los compañeros era un subordinado suyo, el chofer de la ambulancia que estaba asignada al Centro de Salud.

    Y la susodicha ambulancia, estaba a un lado, frente a los etilizados, hecho que vieron numerosos testigos. No digo más, porque estoy seguro que al buen Marcos Cano Ramos, nuestro munícipe, le gusta rodearse de personas como ellos, buenos elementos, y se vaya a enojar con el subscrito y hasta quiera desaforarlo.


     ¡En la torre!, dijo el buitre y siguió bailando, pero al ritmo de: “No voy al tambo, porque soy la autoridad”.

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