La piedra en el zapato,
azote de huleras y culebros.
De los independientes.
Por Manuel Ábrego.
Ahora con el triunfo del Bronco en Nuevo
León, en Tres Valles hasta para la presidencia de la Asociación de Boleros, A.
C. ( o sea ¡Ah, Caramba!), ya hay quien se quiera lanzar como candidato
independiente.
De los que nunca han sido, entre los
eternos suspirantes y también entre los nuevos, hay uno o dos que ya pensaron
en no depender de partido alguno para la contienda por la presidencia municipal.
Quizá tomaron como ejemplo a Buganza o a
otro cualquiera.
Han de tener un buen patrocinador con
quien de seguro ya pactaron cómo le van a pagar en el eventual caso de que
ganen. ¿Y si ganara alguno de ellos? En primer lugar habría que ver con quién
va a gobernar, pues en su cabildo seguramente tendría al síndico y al primer
regidor de su parte.
O sea, apoyándolo, no sujetos de algún
órgano. Ese apoyo tendría que ser muy comprometido, pues si no fueran apegados
al alcalde independiente, correría el riesgo de que se le voltearan como ha
sucedido en Tres Valles en gobiernos anteriores, aún siendo del mismo partido.
Si se juntan con los otros cuatro, pues
pobre del munícipe. Como quien dice, la Iglesia en manos de seis Luteros. Y con todos o con la mayoría
en contra, a ver cómo le hace para pagar a sus patrocinadores, o para que le
aprueben los contratos que les deberá de dar.
Por supuesto que todos los caminos llevan
a Palacio, y en Tres Valles hay tres formas de que gane un independiente. La
primera, es que el Señor lo favorezca, y entonces sí, ni con todos los curas,
los pastores, los rabinos, los ayatolas, los testigos, los panistas y los
priístas en contra perderá la elección.
La segunda, es que en la contienda meta
mucho dinero limpio, suyo o de otros, se gane a los tresvallenses con muchas
bolsas y con la gorra. O sea, dando bolsas, gorras, playeras, sombrillas, y
toda clase de artículos que a los interesados entusiasman.
La tercera es la más siniestra: que lo
apoye un grupo delictivo. ¡En la torre!, dijo el buitre y siguió bailando, pero
al ritmo de: “Hay cosas que quisiera yo
decirte, / hay cosas, de la independencia hoy”.
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