miércoles, 19 de agosto de 2015

La piedra en el zapato. De la política avestrúcica.



La piedra en el zapato, azote de huleras y culebros.
De la política avestrúcica.
     De repente da la impresión de que nuestro ayuntamiento adopta la política del avestruz de esconder la cabeza.
    Como somos mal pensados, suponemos que es para no molestar al ciudadano y que no niegue los votos para el Partido Revolucionario Institucional, en cualquier contienda que venga.
     Cuando gobernaba la maestra Helen Beatriz Fernández López, se daba a quienes tenían montones de grava en la calle, un plazo de treinta días para retirarlos. Si no lo hacían, iba una máquina del ayuntamiento a quitarlos, a fin de que el material no se fuera al drenaje y lo tapara.
    Hoy, quizá para no incomodar a los votantes que construyen, los dejan que tengan su montón el tiempo que quieran, no importa que la lluvia lo deslave y lo lleve al drenaje, la cosa es quizá, no perder votos.
      A los puestos ambulantes, aunque el asunto no es tan crítico como en Tierra Blanca o Tuxtepec, les permiten llegar y estorbar, o quitar un lugar para estacionarse, o como en el caso del puesto que está frente al Centro de Salud, ocupar media calle. Que se encargue la administración que sigue.
      A lo mejor para no molestar a los transgresores del Reglamento de Tránsito más de los que los va a molestar éste, no reponen el tope de Emiliano Zapata y Flores Magón.
     Y quizá, no lo aseguro, para no inquietar a otros votantes no le dan buenas armas a la Policía Municipal. Claro, para no molestar a los mismos policías, no les dan uniformes nuevos, no sea que les dé alguna alergia.
     ¡En la torre!, dijo el buitre y siguió bailando, pero se tropezó con un avestruz que estaba metiendo la cabeza en un hueco.

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