La piedra en el zapato,
azote de huleras y culebros.
De las alianzas
inexplicables.
Por Manuel Ábrego.
Pocas cosas agradables hay en política como
un partido que se baste a sí mismo, con sus afiliados, sus reglas y su forma de
interesar a los que no son de los suyos para que voten por él.
Así, sus derrotas y sus triunfos son suyos,
no de las circunstancias o de los aliados. Pero se dio en Veracruz lo
impensable: se alió la seudo Izquierda con la Derecha. Ahora, Manuel Gómez
Morín y Heberto Castillo se han de estar revolcando de asombro en sus
respectivas tumbas.
Independientemente de que la alianza haya
sido un recurso desesperado, es respetable y hay que estar al pendiente, no sea
que se vaya a prolongar aquí en Tres Valles para el futuro, y se arme la de
Dios es Cristo para el PRI.
Empezando por las dirigencias locales, que
son más diferentes que un yerno y su suegra, los blanquiazules tendrán que
trabajar de una manera desusada para ellos, pues al ser tres grupos que hay en
el PAN, son tres formas de llevar los asuntos con los amarillo bilis.
Estos últimos acabaron con las
divisiones, pues de los dos grupos el más fanático, no radical, se fue a MORENA
y los fieles se quedaron con Jaime y María Esther, quienes al menos favorecen
la unión entre los que quedan, que no son muchos, pero son chambeadores.
Más
que nombres, tendencias. Hay un grupo progresista y altruista, otro que es
altruista y quiere la alcaldía, y la estructura. La estructura acaba de
reunirse en Tierra Blanca con su equivalente de la Novia del Sol, para unificar
acciones panistas.
Hubiera sido buenísimo que antes hubieran
echado mano de sentimientos que nada tienen que ver con la política, pero sí
con la armonía y que ayudan a la unidad, pero con los panistas de aquí, quienes
en un momento dado pueden coadyuvar al triunfo.
De por sí ya hay una facción panista que
quiere un cambio de dirigencia, y afirma tener argumentos que respaldan su
dicho, entre ellos un apoyo del presidente Gerardo Montano Lozano al también
maestro J. M. Maus cuando fue candidato por su enemigo natural del PAN, el PRI.
Se inconforman también por el hecho de que
el grupo altruista que apoya la estructura, no ostenta símbolos que lo
relacionen con el PAN. Esperamos que la cordura arribe a la célula albiazul,
para que realmente y aunque sea con una alianza, terminen con la hegemonía tricolor
a todos los niveles.
¡En la torre!, dijo el buitre y siguió
bailando pero al ritmo de: “Si me das la mano / te llevo en alianza”.
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