sábado, 7 de noviembre de 2015

Empezó la guerra de las sotanas en Tres Valles.



Empezó la guerra de las sotanas en Tres Valles.
*El cura Gelasio Pulido Alarcón descalifica a “otro grupo”.
Manuel Ábrego.
Tres Valles, Ver. Empezó la guerra de las sotanas en esta ciudad, al emitir el cura Gelasio Pulido un escrito en el cual descalifica lo que llama “un grupo”.
     En las puertas del Templo de Cristo Rey, el terrablanquense mandó fijar un papel que pretende alertar a su feligresía sobre “un grupo celebrando misas… hacen sacramentos”, y lo remata diciendo que no es católico.
    “No se dejen engañar, sus documentos son inválidos”, si bien no especifica si son los documentos del oficiante o son los que expide como constancias de bautizos y demás.
     En fechas recientes, dos grupos han perturbado la paz de la parroquia y de su párroco, uno de curanderismo en la comunidad de El Crucero, del cual hay integrantes que portan imágenes y piden dinero de casa en casa e incluso en la vía pública para seguir adelante.
    Al mencionado el cura Gelasio ya lo señaló con otros escritos, si bien no ha querido dar declaraciones al respecto, “porque sería darles importancia”, dijo alguna vez.
     El otro, podría ser un joven llamado Abelardo Ochoa Pérez, que afirma ser sacerdote ortodoxo, ordenado según su decir en San Andrés Tuxtla, pero con superiores religiosos en los Estados Unidos, y que asegura ser originario de la comunidad de La Gloriosa, a unos cuantos kilómetros de esta ciudad.
     Incluso hay vecinos que conocen a su familia y avalan su aserto de que su señora madre lo llevó muy niño al país del Norte, donde se desarrolló hasta llegar a ordenarse sacerdote, aunque a la hora de consagrarse escogió que se hiciera en la mencionada ciudad, según sus palabras.
     En reciente entrevista, adelantó que a principios del año entrante vendrán sus obispos a supervisar lo que llama “su misión”, y comentó que se trata del Metropolitano Víctor Cianca y del Provincial Joseph Thomas, sin comprobarlo aunque los dos aparecen en el Internet.
   El mencionado joven ofició misa el dos de noviembre pasado en el panteón, previo aviso según expresó, al secretario del Ayuntamiento, y asegura que le respondió “Ponte de acuerdo con el cura Gelasio”. Tiene su llamada “misión” por el rumbo del CECYTEV, donde efectúa sus labores.
    Añadió que si vienen, harán confirmaciones, bautizos y administrarán los Sacramentos. Se coordina con una especie de Patronato, con directivos y vocales.
     Cabe recordar que la Iglesia Ortodoxa de Occidente se autonombra y se identifica como “Iglesia Católica Ortodoxa”, con la diferencia de que ellos no obedecen al Papa Romano desde hace siglos, si bien ambas se reconocen su personalidad, e incluso religiosos ortodoxos han bautizado niños católicos.
    Sus jerarcas son independientes entre ellos, si bien efectúan Concilios para mantener la pureza de su fe y no admitir desviaciones. Tienen gran respeto por el Patriarca de Constantinopla, al que sin considerarlo líder, le llaman “El Primero entre iguales”.
      Famoso personaje de la Iglesia Ortodoxa es el obispo Antonio Chedraui, con gran influencia en Veracruz, al que nadie ha tachado de “no católico”, e incluso su ascendencia libanesa no ha sido obstáculo para que le consientan importantes políticos veracruzanos.
     Antes bien, le ha favorecido, pues en la República Mexicana el círculo de libaneses o descendientes de ellos es muy poderoso, basta recordar los apellidos Yunes, Kuri, Chuayfett, Chemor, Chaín, Simón, y demás.
       Como es sabido, el cura Pulido Alarcón llegó a Tres Valles después de su estancia en Alvarado y Los Naranjos, entre otros lugares. Al igual que otros párrocos, con ayuda del Pueblo católico y algunas de las administraciones municipales cambió la imagen de su templo, al cual mejoró.
    Es cañero afiliado a la CNPR, hábil para captar recursos, con gran visión tanto para adornar su templo como para saber qué puertas tocar para sus fines.
    Ha organizado un fiel grupo de servidores y de diáconos entre los laicos, uno o dos de los cuales son hábiles para discutir a grito pelado en público, incluyendo una que otra típica picardía jarocha.
   Queda pendiente la veracidad de ambos y el resultado final de este asunto.


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