sábado, 12 de diciembre de 2015

La piedra en el zapato. De la fuerza armada tresvallense.


La piedra en el  zapato, azote de huleras y culebros.

De la fuerza armada tresvallense.

Por Manuel Ábrego.

    Le acaba de dar uniformes el Ayuntamiento a la Policía Municipal. No es una cosa que digamos: ¡Qué bruto, qué uniformes! Pero como el tresvallense es mago y es de goma, de inmediato los uniformados vieron que al menos las camisolas están buenas… para mechas de candil.

    Es más, algunos ya quieren cargar tres mechas en la gorra por si les llega la obscuridad durante un operativo. Y sorpréndase el amable lector, pues no les dieron botas, las importantísimas botas, con lo cual van a quedar muy mal con la Iglesia, ya que a ella le gustan las almas devotas.

     No es que seamos exigentes, pero las botas son seguridad, protección, y si no lo cree, vea a los bomberos, traen saco amarillo y botas hasta las esas. Por supuesto que esta breve no es para enseñar a gobernar, ni mucho menos para que todo un regidor de seguridad sepa cómo equipar a sus valientes.

    Pero al menos debería ver por su gente. En administraciones municipales anteriores, por muy chafa que fuera el suministro, se daban a los agentes del orden buenas botas, buen uniforme y alguien, no me acuerdo quién, les llegó a dar hasta ropa para acondicionamiento físico.

    Pero en fin, estamos en Tres Valles y ni modo que nos suicidemos. ¡En la torre!, dijo el buitre y siguió bailando, pero al ritmo de: “Alguien vendrá, y botas venderá, / alguien vendrá, las venderá a ti”.

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