“Éste es un lugar de
miedo. Yo no tengo miedo”. Ex síndico Modesto Peña A.
*Habló a quienes
acompañaron el sepelio de sus hijos asesinados.
Manuel Ábrego.
Tres Valles, Ver. “Éste es
un lugar de miedo. Yo no tengo miedo”, afirmó el ex síndico Modesto Peña Alvarado.
Con el lógico dolor reflejado en su
rostro, subió a una banca de la Casa de Descanso del panteón municipal, y
frente a los ataúdes de sus hijos Israel e Hiram, recientemente secuestrados y
asesinados, pronunció su declaración de valor y agradeció la presencia de
familiares y amigos en el adiós final.
Tanto el velorio la noche anterior como el
sepelio el pasado viernes fueron jornadas de solidaridad de un Pueblo que no
puede hacer más acciones que acompañar y
orar, ante la insuficiencia de las fuerzas del orden federales y estatales que
solamente son dueñas del terreno que pisan.
La multitud más triste que haya formado un
cortejo fúnebre en esta ciudad, acompañó los restos mortales de los hermanos
Peña De León, integrantes de dos de las familias más estimadas de Tres Valles y
Los Naranjos.
Aunque no lo expresaron en público, una
gran mayoría tenía sentimientos de coraje e impotencia. Después de una misa en
la que el cura Gelasio dijera el mismo
sermón para tales casos, la multitud en la que había políticos, gente de la
burocracia, personas humildes y ciudadanos pudientes formó el grupo.
Si bien los féretros arribaron al templo
de Cristo rey en sendas carrozas, a la hora de la salida y pesar de las penosas
circunstancias, los amigos de la familia insistieron en cargarlos hasta el cementerio.
A un lado del mercado, las bocinas que no
apagaron siquiera por respeto, invitaban a la gente a “cantar porque es
navidad”. Los agentes de Tránsito facilitaron la circulación de los dolientes
desde el mercado hasta el ya muy congestionado camposanto.
“La
protección es para los políticos”, se oyó decir entre la concurrencia
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