miércoles, 30 de septiembre de 2015

Escasea el trabajo para la aviación agrícola.



Escasea el trabajo para la aviación agrícola.
*Muy pocos brotes mínimos de salivazo en partes altas o en caña 290.
Manuel Ábrego.
Tres Valles, Ver. Escasea el trabajo para la aviación agrícola, a diferencia de las buenas temporadas de hace años.
     Productores reportan muy pocos brotes de salivazo, que aseguran que son  mínimos en extensión, predominantemente en partes altas o en caña 290. En lo que respecta a otros cañeros, hay quien asegura que eliminó la plaga en sus terrenos y que hace años que no la padece.
     “La última vez le regué un plaguicida cuya concentración del compuesto activo era de quince por ciento, y adiós plaga. Hoy el ingenio proporciona uno que se prepara al cinco por ciento, tiene mucha arena, y la plaga llega cada año”, expresó un viejo productor de origen norteño.
     Comentó además que el proveedor para el ingenio es único y que tiene una cadena de tiendas en Loma Bonita, Tuxtepec, Tres Valles y otros puntos, de forma que el ingenio proporciona al productor que le pide a crédito sólo los químicos que se venden en esa cadena.
     Hace años, en esta región eran pocas las pequeñas compañías o los pilotos dueños de un solo avión que se dedicaban a la fumigación aérea. Todavía se recuerda a Joel Díaz; Antonio Magaña Olavarrieta y a Jesús Argueta Izarrarás.
Este último fue maestro de generaciones de aviadores.
     Posteriormente hubo pilotos que se independizaron, otros que llegaron de fuera o particulares que ingresaron al negocio, y al ritmo que aumentó la competencia aumentaron las formas de conseguir que el ingenio o los cañeros los favorecieran con trabajo.
   Sobre todo los ejidatarios, que solicitaban donaciones para su salón ejidal, su escuela o algo similar. En tiempos más recientes llegaron dos helicópteros de los cuales se accidentó uno, y se decía que los patrocinaba un importante político de Tuxtepec junto con un funcionario del ingenio.
      Nunca fueron tan eficientes como un avión, e incluso no se estaban en todos los trabajos  difíciles. De hecho a la fecha los helicópteros que hay en México son adaptados, no se han importado los que fabrican especialmente para fumigar.
  La empresa azucarera ha llegado al extremo de repartir la superficie a regar entre los diferentes operadores de aviones, de los cuales existen en esta región uno en Los Naranjos, otros en Ciudad Alemán, Las Macayas, el ejido Emiliano Zapata, Nopaltepec y de repente en Los Macuiles.
   Todavía el año pasado fumigar la caña se cobraba a doscientos cuarenta pesos por hectárea, cuota puesta por el ingenio, que a su vez exige desde hace años que las aeronaves tengan GPS, localizador satelital, y se le informe con datos extraídos del aparato electrónico, si no es así, no reconoce la labor.
    Si a todo lo anterior se agrega que las refacciones son de importación y que quien compra debe de pagar en dólares con pesos cada vez más devaluados, se comprenderá la crisis por la que atraviesa el medio. Además, la licencia del piloto debe de revalidarse cada año, previo examen médico.
    Las aeronaves debe verificarlas periódicamente un inspector aeronáutico, y para las aeropistas también existen un conjunto de requisitos. No se descarta la posibilidad de que con los cambios climáticos de estos días, eclosionen los huevecillos del insecto del salivazo, y retorne el trabajo.

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