miércoles, 28 de junio de 2017

RECUERDO.



RECUERDO.
En el ochenta y cinco, exactamente el día del gran luto por el sismo de la Ciudad de México, se acabó un sueño, el de fumigar por contrato las plantaciones de plátano en San Rafael, Veracruz, al chocar con unos cables el helicóptero que en esa labor trabajaba.
     Un servidor era mecánico de la referida aeronave, un Hughes 500 D, la que atendía de día. De noche, iba a hacer guardia a la Cruz Roja de dicha ciudad. Ahí conocí a Camilo Castagne Velasco.
     Era en ese entonces un joven entusiasta, que con su padre don Sergio, quien operaba la pipa de Recursos Hidráulicos, y sus hermanos Paul y Sergio se daban a la tarea de mantener con vida a la Benemérita institución que día a día servía también a la comunidad de Nautla y otras cercanas.
    Ambos servimos juntos en rescates, translados, curaciones, partos y demás bajo la supervisión del doctor Faustino Becerra López, apóstol de la medicina y paciente capacitador, tanto de nosotros como de las damitas que fungían como enfermeras.
     Lavamos y desinfectamos utensilios para atención médica, atendimos a las personas, algunas de dinero, que llegaban a curación, toma de presión, o bien, a pedir informes sobre los cursos, entre otras muchas actividades.
    Camilo nos animaba, nos enseñaba a operar la ya muy usada ambulancia Dodge o practicaba con nosotros el levantamiento de heridos. Su artero asesinato nos conmovió, y hoy en esta breve nota hacemos un recuerdo de quien nos apoyara en nuestro afán de servir. Estamos con su familia.
      Descanse en paz.

No hay comentarios: