La piedra en el zapato,
azote de huleras y culebros.
De la seudo izquierda.
Por Manuel Ábrego.
En Tres Valles, no hay izquierdistas
radicales, genuinos, legítimos, puros. Bueno, podría ser que los hubiera puros,
pero puros… mejor sigo escribiendo. Algunos de los mencionados seudo
izquierdistas, son discípulos de Arturo Hervis, aquel que vino a ofrecer
construirle casas a gente de Los Naranjos.
No se supo si casas de empeño, de cambio o
algo así. Lo que sí fue seguro es que no eran de citas, pues las pocas damitas
que son tan accesibles en esa localidad harían inútil su existencia.
Con todas las cualidades de la seudo
izquierda en el estado, el Partido Acción Nacional, PAN por sus siglas, se alió
con el Partido de la Revolución Democrática, PRD por sus siglas, para pegarle al Partido
Revolucionario Institucional, PRI por sus siglas, con buenos resultados las dos
veces.
Mucho ayudaron al PAN algunos factores,
aparte del descrédito del PRI, entre ellos el voto de castigo y el del PRD,
factores que de no haberse dado, no solamente hubieran propiciado la
continuidad del tricolor en el poder, sino que habrían dado también una pista
para el dos mil dieciocho.
Aún así, en Tres Valles hay dos o tres
panistas que aseguran que ganaron por ser ellos. Son gente de la que rodea al
doctor José Manuel, repito, dos o tres, que tratan de que la síndica futura
María Esther Espinosa Apolinar, no decimos siglas, obtenga
pocas o ninguna
posiciones en la futura gestión.
Claro, la maestra tiene un criterio enorme
y llevaría el asunto en armonía, a diferencia de los legisladores perredistas
Yazmín Copete Zapot y Sergio Rodríguez, que manifiestan cada que pueden su
arrepentimiento por la alianza con los blanquiazules.
Con respecto a los golpes de pecho de los
legisladores amarillo bilis, se los hubieran dado antes de serlo, no ahora que
podrían despertar sospechas. De por sí la seudo izquierda tiene fama de que es
buena para repartir y mala para captar, quizá también sea exigente para pedir.
No aseguro nada.
Y ya que hablamos de la Lic. Yazmín y de
Arturo Hervis, comentaremos que un personaje de su equipo anda preguntando si
llegó el nuevo Delegado de Tránsito para la Delegación treinta y cuatro de Tres
Valles.
Alguna vez se murmuró que el amigo de
marras quería meter a su hijo para suceder al actual encargado Agustín Valadez
Regueyra. Si bien el muchacho ha sido un activista cívico, la gusta la
seguridad vial y tiene grandes valores morales, no tiene experiencia, no solo
en dirigir el tráfico, sino en el mando.
Por supuesto que al cambiar titular, el
personal se disciplinaría. El asunto está en el Pueblo, y en otra cuestión: la
influencia del padre. Ya tuvimos gobernantes municipales en quienes influía la
pareja, los hermanos, amigos, y demás etcéteras con resultados negativos.
Imagínese en el caso que nos ocupa. Lo
ideal sería que en este detalle, se le busque acomodo en alguna delegación de
Tránsito que no sea Tres Valles, en caso de que la influencia paterna sea la
necesaria, para que no se dé la mala impresión de que viene a medrar.
Están por ejemplo Otatitlán o Tlacojalpan,
lugares donde de repente se pone dura la situación en el acceso de las
respectivas pangas, tanto que ya un gallego propuso que se ponga un semáforo en
medio de cada una de ellas a fin de controlar la circulación.
¡En la torre!, dijo el buitre y siguió
bailando, pero al ritmo de: “Si yo poseo, quiero que poseas. / Si yo voceo, veo
que voceas, / si yo circulo… mejor ahí que quede”.
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