La piedra en el zapato,
azote de huleras y culebros.
Del recuerdo de una
plática.
Por Manuel Ábrego.
Alguna vez, por
necesidades del servicio que prestamos con una ambulancia municipal, fuimos a
dar al rancho del señor Félix Ortiz Mandujano, donde coincidimos con su hijo José
Mateo Ortiz Ramírez, en ese entonces tesorero municipal.
Era
el dos mil trece, se acercaba la época de elecciones, y como siempre, la
plática versó sobre la política. Aún no se perfilaba Mateo como prospecto a
gobernar Tres Valles, como pasa ahora, si bien los comentarios que hizo toman
actualidad al acercarse la sucesión de Marcos Cano Ramos.
En principio, el ex líder arrocero opinó
que como se ha dado en ciertas campañas, los votantes van por la persona y no
siempre con el Partido, si bien los partidos no son malos, sino que a veces las
personas que los siguen han cometido errores, cuyo principal afectado es el
Pueblo.
“Cuando se tiene la vocación de servir, y no
de servirse, se sirve de corazón Si alguna vez me lanzara, le pediría a mi
equipo que mantuviera la unidad, se procediera con sencillez, y lo formaría con
gente joven de nuevas ideas y de adultos con la experiencia que da la vida política”, comentó
en esa ocasión.
No sabemos si ésa sea actualmente la
conformación de su equipo, ni si le siguen gentes con las características
mencionadas, pues como dijo en otra ocasión, “un líder sin gente no es líder”.
Ya se registró como aspirante a la alcaldía, y cuando la respectiva
reglamentación lo permita lo preguntaremos.
Quizá entonces nos confirme la intención de
fortalecer la posición social de las mujeres con micronegocios, que manifestó
cuando volvimos a coincidir en conocida clínica con motivo de un servicio de
translado para un paciente.
Al día de hoy no se ha manifestado, pues
en su decir “aún no hay nada para nadie”. ¡En la torre!, dijo el buitre y
siguió bailando, pero al ritmo de:
“Hoy no pregunto, no/
déjenme imaginar/ que nuestra gente/vio al mejor hombre/ entre cuatro
excelentes”.
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