viernes, 3 de marzo de 2017

La piedra en el zapato. Del recuerdo de una plática.



La piedra en el zapato, azote de huleras y culebros.
Del recuerdo de una plática.
Por Manuel Ábrego.
Alguna vez, por necesidades del servicio que prestamos con una ambulancia municipal, fuimos a dar al rancho del señor Félix Ortiz Mandujano, donde coincidimos con su hijo José Mateo Ortiz Ramírez, en ese entonces tesorero municipal.
     Era el dos mil trece, se acercaba la época de elecciones, y como siempre, la plática versó sobre la política. Aún no se perfilaba Mateo como prospecto a gobernar Tres Valles, como pasa ahora, si bien los comentarios que hizo toman actualidad al acercarse la sucesión de Marcos Cano Ramos.
     En principio, el ex líder arrocero opinó que como se ha dado en ciertas campañas, los votantes van por la persona y no siempre con el Partido, si bien los partidos no son malos, sino que a veces las personas que los siguen han cometido errores, cuyo principal afectado es el Pueblo.
   “Cuando se tiene la vocación de servir, y no de servirse, se sirve de corazón Si alguna vez me lanzara, le pediría a mi equipo que mantuviera la unidad, se procediera con sencillez, y lo formaría con gente joven de nuevas ideas y de adultos con la  experiencia que da la vida política”, comentó en esa ocasión.
     No sabemos si ésa sea actualmente la conformación de su equipo, ni si le siguen gentes con las características mencionadas, pues como dijo en otra ocasión, “un líder sin gente no es líder”. Ya se registró como aspirante a la alcaldía, y cuando la respectiva reglamentación lo permita lo preguntaremos.
    Quizá entonces nos confirme la intención de fortalecer la posición social de las mujeres con micronegocios, que manifestó cuando volvimos a coincidir en conocida clínica con motivo de un servicio de translado para un paciente.
     Al día de hoy no se ha manifestado, pues en su decir “aún no hay nada para nadie”. ¡En la torre!, dijo el buitre y siguió bailando, pero al ritmo de:
“Hoy no pregunto, no/ déjenme imaginar/ que nuestra gente/vio al mejor hombre/ entre cuatro excelentes”.

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