La piedra en el zapato,
azote de huleras y culebros.
Del hueso.
Por Manuel Ábrego.
Al decir de algunos amigos que acompañaron
a Miguel Ángel Yunes Linares en su campaña para gobernador, y que creyeron en
él, está por empezar en Tres Valles el reparto de los bien ganados premios.
Enhorabuena.
Sería la continuación de una tradición
político –burocrática: la de dar un huesecillo a quienes gritaron en campaña,
debatieron, aguantaron polvo, hambre, mentadas, cansancio, desesperación,
calumnias, ataques y todo lo que se aguanta en campaña.
A ellos se les concederá el hueso aunque no
llenen el perfil del puesto que se solicitó o se les ofreció. No es raro, en
los sucesivos ayuntamientos de este Tres Valles hemos visto que un alto
porcentaje de favorecidos aprende su oficio al paso de los años, si bien cuando
lo aprendieron ya van de salida.
Ahora oímos que en el reparto de los
premios estatales se otorgará la Delegación de Tránsito a un panista joven y
fiel, pero ignorante de lo que es el cargo. Aclaremos, ser un buen conductor
que además sabe el Reglamento relativo, no es llenar el perfil.
Lo que Dios no da, Miguel Ángel Yunes
Linares y el panismo, no lo prestan. Es penoso decirlo, pero con todo y sus
imperfecciones, una Delegación de Tránsito requiere gente que haya empezado
desde abajo en el tema. Y más en Tres Valles, donde se requiere conocer el
tráfico y sus soluciones, y tener propuestas.
No se trata de que llegue, ocupe un puesto,
se atenga a que los elementos harán el trabajo y el agraciado se limitará a
mandar. Se trata de que imponga su sello personal a un aspecto del municipio, y
de otro más, tan necesitados de una mejora.
En pocos aspectos de la vida diaria, esta
ciudad no ha rebasado a la autoridad respectiva, y uno de esos aspectos es el
de Tránsito, en el cual se pueden introducir mejoras, pero por alguien que haya
empezado desde ser Agente pie a tierra, y en dicha condición haya aguantado lo
que en campaña.
Polvo, hambre, lluvia, mentadas, cansancio,
calumnias y ataques. Que además tenga don de mando, algo que sólo Dios concede
por medio de la experiencia y la sicología, y no lo presta el panismo. Más aún,
que conozca el Sistema por dentro, y también al Municipio, por dentro y por
fuera.
Al no conocer el Sistema, perderá con los
jefes y sus posibles subordinados. Al no conocer el Municipio, conductores y
peatones incluídos, perderá con ambos.
Y si no tiene Don
de mando y sicología,
perderá con él mismo, la cual es la derrota más dura para un mortal.
No hay como la experiencia para un cargo
en el que si se desempeña sin estar de acuerdo con el momento que se viva, en
segundos pasará de ser un agraciado a un inútil. La experiencia la dan los
años, pero vividos en una de tantas Delegaciones de Tránsito que hay en el
Estado.
No basta la buena voluntad, la cual como
es bien sabido, solamente sirve para pavimentar el camino al infierno. ¡En la
torre!, dijo el buitre y siguió bailando, pero al ritmo de: “Cada noche cuenta
las estrellas, / son los huesos que voy a otorgar”.
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