domingo, 30 de abril de 2017

IN MEMORIAM.



IN MEMORIAM.

Porque el Señor lo dispuso, terminaron los días del colega

FRANCISCO AVALOS IBARRA.

           Nos solidarizamos con su hermano, reportero Alejandro Narváez Ibarra.

            “Santo es pues y saludable, el pensamiento de rogar por los difuntos”.
                                                     II Macabeos 41 -45.

jueves, 27 de abril de 2017

La perfecta combinación.



La perfecta combinación.
Así es, la perfecta combinación cívica y de convivencia.
Un hueco olvidado por alguna dependencia oficial.
Gente a la que le estorbaba.
Un arquitecto que lleva su albañil a taparlo.
Éste a su vez, arroja las piedras en un terreno ajeno y habitado.
¿Qué nos aguarda los próximos cuatro años?


miércoles, 26 de abril de 2017

La piedra en el zapato. De gente y partidos.



La piedrita en el zapatito.
De gente y partidos.
Por Manuel Ábrego.
    Los Partidos políticos, como todas las instituciones, son personas morales y de ahí no pasarían si no fuera por la gente, que es su esqueleto.
     De ahí que la gente haga por ganar una contienda electoral, pues las personas morales no comen, pero el esqueleto sí, además de que necesita carro, desodorantes, toallas íntimas, muebles, pagar agua, luz y predial, y demás etcéteras, entre los que se cuenta el poder.
    Aunque por los cambios en la gubernatura, entre otras circunstancias, no podemos augurar que se darán con todo los tres grandes, sí nos atrevemos a escribir que esta será la madrastra de todas las contiendas, pues en todos los Partidos hay hijos adoptivos.
       En cambio, los Partidos chicos están como las Fuerzas Armadas que aquí patrullan Tres Valles, solo controlan el terreno que pisan. Tan pronto como sus promotores salen de alguna casa donde les ofrecieron apoyo, lo menos que se escucha son risitas de admiración y de compasión, combinadas.
     En todos los equipos hay miembros. O sea, integrantes, que son unos solemnes desconocidos, otros ya estuvieron en el servicio Público con resultados diferentes, en todos hay buscachambas, en todos hay pocos con verdaderas ganas de servir al Pueblo.
     Otros piensan que ellos son el Pueblo, y deben de servirse. Parte de ellos ya probaron las mieles de un trabajo en el Ayuntamiento y saben que no es lo mismo andar día y noche camellándole en las calles para una ganancia exigua e incierta, a veces con un jefe exigente, que de nueve a quince horas.
     Y por supuesto de lunes a viernes, con el salario seguro a fin de quincena, con un jefe que ni exige ni ve el trabajo como si fuera suyo, en la mayor parte de los casos, además de la impunidad o de una ganancia extra, y de la infantil pero perversa satisfacción de presionar al ciudadano que no labora en Palacio.
     No faltan quienes tienen un comercio, un taller o cualquier negocio por fuera, el que pueden atender en su tiempo libre e incluso en el de trabajo, hay madres solteras que por lógica le tienen que buscar, y detalles de admirarse, hay quienes vayan por el poder.
      No van por el poder como herramienta para servir, sino como un fin, basados en la definición que dice de las de acá, que “El poder es una influencia, que permite al que la tiene que otros hagan lo que esa persona quiera”.
    Pero como dicen que dijo el que lo dijo, así pasa cuando sucede, y éso desde el principio de los tiempos, para no variar, pues no ha habido alguna administración municipal que se salve de lo dicho, del partido que sea, lo cual siempre a la larga nos deja con la idea de que regamos la calzada al elegir.
    Aún así, hay ventajas, pues el Pueblo está más maduro que en otros años,  y al mirar en el grupo de cada candidato a los que hacen campaña, se puede ver en qué puesto podría quedar cada uno, pues para trabajar en Palacio es muy necesario haber gritado a favor del prospecto, y no la capacidad.
     Y se han dado casos dignos de considerarse, como el de la señora que gritó en campaña a favor del ganador, pero pidió trabajo para su marido, no para ella. O el de los parientes que hicieron campaña, uno en un partido y otro en otro. Aclaro: no se trata de ningún Márquez, no piense usted bien.
     Por lógica ganó uno, pero el familiar que estuvo con el ganador, consiguió trabajo para su otro consanguíneo, el opositor. Y todavía se aventó a decir que “había estado de espía con el otro candidato, trabajando bajo el agua”.
    Lo cual era lógico, pues dicho proceso electoral fue en época de lluvias. ¡En la torre!, dijo el buitre y siguió bailando, pero al ritmo de: “Si vas en campaña, te llevo conmigo, / y te doy trabajo, o una concesión”.