Qué difícil es perder al ser amado.
Una madrugada de
un 12 de junio, recibí una llamada
telefónica de mi hermana donde me daba la noticia más devastadora que cambiara
mi vida para siempre. Me dijo con su voz entrecortada por el llanto de quien no
ha podido superar la terrible realidad. Su grito me quedó grabado en lo más
profundo de mi corazón: ¡Hermano, hermano… Mamá murió¡.
Toda la madrugada estuve pidiendo a Dios que lo que
escuché en voz de mi hermana fuera una pesadilla, y que en el momento en que
llegara a casa de mamá, la encontraría
esperándome en la sala, para recibirme con un beso y decirme que había
preparado mi comida preferida.
Recordé que las veces que me tocaba cuidarla (pues era
paciente de Hemodiálisis por una insuficiencia renal crónica), escuchaba en las
mañanas sus movimientos, señal inequívoca
de quien ya no quería estar recostado en su cama, por lo que
inmediatamente acudía al pie de la misma y me acercaba poco a poco para despertarla con
un beso en la frente. Siempre supe que se hacía la dormida, y en esa
complicidad de los dos, ella esperaba mi beso para “despertar”. Cuando alguna
vez le pregunté, por qué fingía estar dormida me dijo: “Me gusta saber que soy
importante para ti y por eso espero ese beso para iniciar mi día”.
El saber que su ausencia sería eterna, me llevó a pensar
(aun cuando conocía la verdad) que si siempre me daba resultado despertarla con
un beso, me convencí que al llegar bastaría que mis labios tocaran su frente
para que ella despertara. Nada de lo que pasó por mi trastornada mente dio
resultado, el escenario que encontré fue otro: Sí, ella se encontraba en la
sala, pero a diferencia de otras veces no salió a encontrarme en la puerta,
ella no me recibió, estaba descansando en su féretro, sus labios eran pálidos
al igual que su rostro. Le hablé, le dije ¡Mami, ya llegué! ¡Vine a verte! Nunca me respondió. Le pedí a Dios que me cambiara
esa situación, que me dejara verla de nuevo y recibir su bendición aunque fuera
por última vez. No hubo trato con el Creador del universo. Todo fue inútil. En ese momento entendí que el
arraigo a esta tierra te lo da tu madre, y cuando la pierdes, entras en un
conflicto existencial.
Durante 3 años he tratado de sobrevivir a mi pena, con el
peor de los resultados. Me prometí nunca volver a hablar de su partida, porque
creí que si no lo hacía tendría la esperanza de que la próxima vez que llegara
a casa, me encontraría con ella. Eso no sucedió. Finalmente, como parte de mi
duelo, en un intento de superar mi pena, decidí escribir mi amarga experiencia,
que la comparto con ustedes a través de esta décima de cuarteta obligada.
AQUÍ POSTRADO DE
HINOJOS
LE RUEGO AL
CREADOR POR TI.
NO PUDE CERRAR SUS
OJOS
CON SU MUERTE YO
MORÍ.
QUE TU SANTA VOLUNTAD,
SEA EN LA TIERRA Y EN EL CIELO
NO PODRÉ SEGUIR SU VUELO
VOLÓ HACIA TU POTESTAD.
DIOS QUÍTAME POR PIEDAD
LAS PÚAS DE LOS ABROJOS,
DEL CORAZÓN LOS CERROJOS
PARA QUE ENCUENTRE LA CALMA
LE PIDO A DIOS POR SU ALMA
AQUÍ POSTRADO DE
HINOJOS
AÑORO BESAR SU FRENTE
COMO EN TANTAS OCASIONES,
AÑORO SUS BENDICIONES
QUE SIEMPRE TENGO PRESENTE.
SOY EL AGUA DE SU AFLUENTE
ROJA COMO EL CARMESÍ
SU SANGRE RECORRE EN MÍ
CADA TRAMO, CADA TRECHO
CON EL DOLOR DE MI PECHO
LE RUEGO AL CREADOR POR TI .
CUANDO LLEGUÉ A AQUEL HOGAR
QUE CONSTRUYERON MIS PADRES
VÍ EL CADÁVER DE MI MADRE
EN MEDIO DE ESE LUGAR.
SI YO PUDIERA CAMBIAR
EL TIEMPO, SEGÚN MI ANTOJO,
DE SUS LABIOS ESE ROJO
PÁLIDO COMO LA CERA,
Y CON UN BESO SIQUIERA
NO PUDE CERRAR SUS OJOS.
MI MADRE ME DIO SU ESENCIA,
LOS CIMIENTOS DE MI HISTORIA,
HOY QUE HA PARTIDO A TU GLORIA
PIDO GOCE TU INDULGENCIA.
ME HACE FALTA SU PRESENCIA,
COMO UNA PARTE DE MÍ
Y POR TANTO QUE SUFRÍ
ROGANDO CON TANTO ANHELO
NO HE SUPERADO MI DUELO,
CON SU MUERTE YO MORÍ.
Agradecemos esta colaboración del Ing. Axel Trolle Tadeo, y esperamos
que no sea la última. ¡Éxito!
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